Honestidad y esperanza: algunas reflexiones sobre la maximización de nuestros mensajes
Fragmentos de política de Diciembre de 2014, por Amanda Howe
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Durante el año pasado, muchos de vosotros habéis compartido preocupaciones sobre el progreso de la medicina de familia (MF) en vuestros propios países y en todo el mundo. Las evidencias de avances increíbles por parte de las organizaciones miembro de WONCA se equilibran a menudo con decepciones: no hay suficientes residentes de medicina familiar en la formación, hay falta de compromiso por parte de los gobiernos, problemas de reembolso financiero, una percepción de que somos menos respetados que otros especialistas y también cambio y desafíos constantes en lo político.
En mi propio país, hemos visto que emerge una debilidad entre la fuerza de trabajo de la MF, a pesar de la "madurez" de la medicina familiar en el sistema de salud del Reino Unido, algo que resulta sorprendente. Tenemos representación en todas las escuelas de medicina, contamos con una fuerte capacidad de investigación y de educación, con una formación obligatoria de especialista de postgrado, con una carrera fascinante y flexible, y con una calificación consistente de alta satisfacción por parte de los pacientes.
Sin embargo, los médicos jóvenes no están eligiendo convertirse en residentes de MF: las plazas de formación no se llenan, muchos recién titulados están abandonando el mercado laboral del Reino Unido después de su capacitación y muchos médicos de mi edad se jubilan a los 60, en lugar de luchar en un entorno cada vez más adverso, creado por la falta de inversión en atención primaria y por el aumento de la carga de trabajo. La población del Reino Unido está envejeciendo, viviendo más con más enfermedades. El desempleo impacta en la salud, especialmente en las comunidades más desfavorecidas, y los recortes en el sector público realizados por la actual administración profundizan la herida cada vez más en los sistemas de apoyo de cualquier persona con problemas de salud o sociales. Entonces, ¿dónde ir, si no es al médico local?
Ahora la gran pregunta para vosotros, mis queridos colegas y lectores, es “¿debería estar hablando de todos los problemas de la medicina de familia?” La vida es sin duda bastante difícil sin que vuestra Presidenta Electa se meta en esto y admita que no todo es color de rosa, incluso en el Reino Unido. ¿Cómo podemos dar esperanza e indicaciones a los países con menos inversión en medicina familiar, si aquí no está funcionando? He estado viviendo en este dilema en mi organización miembro, el Royal College of General Practitioners, donde hemos estado llevando a cabo una fantástica campaña liderada por nuestra Presidenta, Maureen Baker, llamada '
Pon a los pacientes primero'. En ella hemos explicado los hechos acerca de lo mal que están las cosas en la atención primaria, y por qué nuestros líderes políticos deben tomarse esto verdaderamente en serio. Curiosamente, al obtener un apoyo del público y una enorme atención de los medios de comunicación, hemos sido acusados de causar un problema: la gente mantiene un diálogo interno negativo que conduce a la ansiedad y existe la sensación de que los médicos no pueden comprometerse con seguridad por la MF como una carrera de futuro porque "¡los médicos están diciendo que las cosas son tan difíciles!”.
Así pues, ¿cómo podemos hablar sinceramente evitando a la vez un ambiente adverso y desmotivador? Esto me recuerda el dilema con los pacientes ante un diagnóstico serio: cómo decirles los riesgos y asegurar que actuamos antes de que sea demasiado tarde, mientras queremos empoderarles y darles apoyo, así como ofrecerles todas las opciones que pueden conducirles a la incertidumbre y a un momento difícil. La respuesta es un problema con solución: un claro mensaje de que podemos hacer las cosas mejor, todavía vale la pena hacer el trabajo, la evidencia nos apoya y los gobiernos tienen que entender esto (
ver aqui). El toque personal también ayuda… En lugar de incertidumbre, una opinión honesta pero esperanzadora puede marcar la diferencia entre resultados negativos y positivos. Muchos de vosotros me habéis dicho que nada bueno es siempre fácil. Eso me ayuda a tener la esperanza de que las cosas pueden cambiar si somos persuasivos, tanto en nuestro diagnóstico como en los factores que pueden alterar el pronóstico. Y las cosas pueden cambiar: en las noches oscuras de nuestro invierno del norte, todavía sé que en el otro lado del mundo ya se ha hecho de día.